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"Todo cuanto sé con mayor certeza sobre la moral y las obligaciones de los hombres, se lo debo al fútbol".

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Encuentre las siete diferencias

lunes, 28 de junio de 2010

Publicado por Gastón Pereyra a las 22:07 1 comentarios    

Etiquetas: imagenes

El último mundial

sábado, 19 de junio de 2010

Hasta la fecha, el mundial de Sudáfrica será recordado con el correr de los años, como el mundial de las vuvuzelas. Todos tocan vuvuzelas. Las hacen sonar. Juntan aire, llenan los pulmones y sin esperar demasiado, inflan sus bocas para generar un sonido similar a una colmena derribada.

El de al lado se mete la vuvuzela en la boca y te mira con los ojos bien abiertos. Mientras sopla te indica que lo imites. Vos le hacés caso y ponés a sonar tu vuvuzela. Ya sos parte del mundial. Suenan todas las vuvuzelas en el estadio. Todos soplan y generan una sordera masiva en el partido. Afuera también suenan y los vendedores ya no sólo te venden la enfermedad sino también el remedio: la promo es, vuvuzela más tapones de oídos. La verdad es que están a buen precio, y usted compra.
Desde la tribuna ve que los jugadores no se escuchan cuando se dan indicaciones dentro del campo de juego y menos lo hacen con los técnicos ubicados en los bancos de suplentes. El silbato del réferi tampoco lo oye y se da cuenta de una falta porque uno cae al suelo o porque otro toma la pelota con la mano y la acomoda en el césped.
El que está a su izquierda también tiene su vuvuzela. La disfruta más que usted. Toca cada siete segundos y en cambio usted lo hace cada tres o cuatro minutos ¿Su problema es que tiene asma y se le complica con la renovación del aire? No lo sabía. Pero igual mire al muy feliz de su vecino que toca cada vez como si fuera la última en su vida. ¡Cómo suena esa vuvuzela! A la suya, para ser sincero no se la escucha sonar. Es tanto el ruido general de todas sonando al mismo tiempo, que se pierde y da lo mismo que no la toque. Pero igual decide soplarla ¡Qué optimismo! Está bien en no preocuparse, total quién sabe si suena a no.
Qué mala fortuna que se haya quedado sin aire. Suspenda la vuvuzela por unos diez minutos, a ver si todavía queda seco en la tribuna por soplar una trompeta de porquería. Pasan veinte y siente una puntada en el pecho que lo está matando. Ahora está asustado en serio y el partido le importa poco y nada. Se le cierra la garganta y la puntada la siente como si un cuchillo lo clavara y se quedara escarbando, haciéndole daño. El de al lado suyo ni lo mira porque sigue tocando la vuvuzela y el del otro costado no lo alcanza a ver porque usted cae de rodillas en la tribuna con la vuvuzela en la mano. Queda en cuatro patas sobre uno de los asientos celestes y ya no le importa que vaya a ocurrir. Discúlpeme, pero me parece que da una imagen muy triste a las demás personas, pero no se preocupe, porque nadie lo ve. Todos miran el partido que está realmente emocionante y además tocan alegres sus vuvuzelas. ¿Pero qué es lo que hace? Se mete la vuvuzela en la boca y la intenta hacer sonar con el poco y casi imperceptible aire que le queda. ¿Cree que ha sonado? Le digo que no se escucha, pero usted la siente en su interior y eso lo pone feliz. Está contento porque piensa que tal vez, pueda ser la última vez que la haga sonar y también porque tal vez sea su último partido en un mundial, el mundial... de las famosas vuvuzelas.

Publicado por Gastón Pereyra a las 18:01 3 comentarios    

Etiquetas: Escritos

1-1

domingo, 13 de junio de 2010

Me rasca la espalda y no me mira. Está embobado con el televisor mirando ese partido de porquería. De a ratos suelta el control remoto, se mete la mano adentro del calzoncillo y se rasca con placer. Después saca la mano y se huele los dedos de uno y otro lado. Sin mirarme me agarra la cabeza y se la apoya contra el pecho. Así me quedo hasta que no se da cuenta y me zafo para terminar de quedar en contacto sólo con mi pierna derecha. Cuando me acuerdo, agarro del platito que está sobre la mesa de luz, algún que otro pedazo de milanesa. Está seca y cada tanto me empino la botella de agua fresquita. Como me da frío, me meto más adentro de la frazada hasta quedarme casi sin aire. Gritan gol desde la tele y no se inmuta. Al rato putea y no se entiende qué dice. Me pide milanesa y le doy en la boca. Se llena de migas de pan. Me llena de migas de pan. La cama llena de migas de pan. Pinchan como si fueran chinches. Las corro con las piernas y con las manos hasta donde está él y ni se entera. Mira la tele y se mete la mano adentro de los calzones. Voy sola hasta el pecho ahora y me aprieta fuerte. Cuando se olvida me suelto y lo miro. Me pide agua. Tomo primero yo y después le doy. Se enoja porque el vaso está casi vacío. La botella no tiene más y hay que ir hasta la cocina. Me da fiaca. Me meto entera debajo de las frazadas y me corre con las piernas. Con los pelos que tiene me pincha en las mejillas y sin querer me golpea con una de sus rodillas. Me pide agua. No salgo, aguanto con el poco aire que me queda. Lo escucho desde adentro comer más milanesas. Lo oigo masticar. Va a tener más sed y no hay agua y no quiero salir de acá. No me queda aire y saco la cabeza despacio. No lo miro. Como milanesa. Tampoco hay más pan. Ahora tengo sed, pero puedo aguantar más que él. Grita gol y putea al aire. Sin terminar de putear, engancha la puteada con el pedido de agua y después vuelve a putear al aire. Le digo que ahora voy, pero sé que no voy a moverme más. Pide milanesa, pide pan, pide agua, milanesa, pan, agua, pan. Meto la cara contra el colchón y aguanto la respiración. Casi no se escucha la tele. Me tapo los oídos con los dedos. Ya no escucho nada y me retumban los oídos del silencio. Debe estar pidiendo agua, pan y milanesas. Debe estar gritando gol. Debe estar puteando. Así me quedo. Hasta aguantar lo que más puedo.

Publicado por Gastón Pereyra a las 14:36 1 comentarios    

Etiquetas: Escritos

Diálogos III: Picar picar

miércoles, 9 de junio de 2010

SO: ¿Hasta cuándo vas a picar esa pelota?
L: Un rato más.
SO: Molesta el ruido (pausa) molesta verte hacer siempre lo mismo.
L: Si preferís no me mires.
SO: Te escucho igual.
L: Está bien (Toma la pelota con ambas manos)
SO: ...
L: Tomá (se la entrega)
SO: No la quiero.
L: A vos quién te entiende entonces.
SO: Yo (pausa) y sólo a veces.
L: Mejor diría nunca.
SO: ¿Recuperaste la otra que te robaron?
L: Todavía no.
SO: ¿Por qué no la vamos a buscar en vez de hacer nada?
L: Hay una gran diferencia entre hacer nada y esperar.
SO: ¿Qué estás esperando?
L: Nunca espero y ni esperaré en mi vida.
SO: Me canso.
L: Seamos amigos (pausa) es conveniente ¿no crees?
Leer más...

Publicado por Gastón Pereyra a las 14:46 0 comentarios    

Etiquetas: Escritos

Pecados Futboriles: Pigritĭa

lunes, 7 de junio de 2010

Publicado por Gastón Pereyra a las 17:44 0 comentarios    

Etiquetas: imagenes

El bidet, Maradona y a portarse bien

miércoles, 2 de junio de 2010

Hoy por la mañana, leyendo el suplemento deportivo de Página 12 en su versión digital, me encontré con dos novedades: una noticia que si se la mira de manera inocente termina resultando simpática, y por culpa de mi curiosidad, con una oferta que por donde se la observe es preocupante.
En palabras del periodista Gustavo Veiga, leí algunas declaraciones de Colin Stier, gerente del HPC (High Performance Centre) de la Universidad de Pretoria, Sudáfrica, lugar donde se hospedó la selección Argentina para su preparación durante la Copa del mundo.
El gerente contó algunas de las pretensiones del técnico argentino, Diego Maradona. Según explicó, entre varios pedidos hubo uno bastante particular: "un bidet calefaccionado que, según el diario sudafricano Sunday Times, cuesta 358 euros".
Esta fue la parte risueña si se quiere de la noticia. También uno puede pensar, cómo puede ser que con tanta pobreza que hay en el mundo, alguien gaste mil pesos argentinos en un bidet (en realidad es una tapa para inodoro), pero creo que eso sería demagógico si se hiciera y no es la idea.
Continué con la nota y el periodista nombró la página de venta por internet donde ofrecen la tan solicitada tapa para baño y allí fui con mi curiosidad a ver la tapa en cuestión.
Rápidamente la encontré, pero las demás fotos de ofrecidos me atrajeron y continué hacia abajo, mirando a ver si había algo que me tentara un poco más. Inmediatamente me encontré con un producto que llamó mi atención. El texto de venta estaba en inglés, y aunque no lo domino a la perfección, lo leí y entendí sin problemas. Lo que se ofrecía era una pistola de descarga eléctrica para mejorar el comportamiento de los niños. Sí, así como lo lee. Por sólo 99.95 dólares usted podría tener con la Taseler, "a los chicos mejores vestidos y más respetuosos del vecindario".
Según se explica, la pistola lanza seis brotes de picos de púas de un solo disparo, con 40.000 voltios que garantizan el cumplimiento de los chicos más ingobernables. Traduzco el final(remate) del aviso: "Imagine la sorpresa la primera vez que ellos dicen NO, y usted le muestra ¡lo bien que funciona la Taseler para niños!"
La verdad no se me ocurre nada importante que decir. En realidad creo que no hace falta agregar mi opinión al respecto. Lo único que puedo suponer, es que si Macri se entera del producto, las niñeras de la ciudad de Buenos Aires deberán buscar otra clase de trabajo a desarrollar.

Publicado por Gastón Pereyra a las 12:09 1 comentarios    

Etiquetas: Noticias

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