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1-1

domingo, 13 de junio de 2010

Me rasca la espalda y no me mira. Está embobado con el televisor mirando ese partido de porquería. De a ratos suelta el control remoto, se mete la mano adentro del calzoncillo y se rasca con placer. Después saca la mano y se huele los dedos de uno y otro lado. Sin mirarme me agarra la cabeza y se la apoya contra el pecho. Así me quedo hasta que no se da cuenta y me zafo para terminar de quedar en contacto sólo con mi pierna derecha. Cuando me acuerdo, agarro del platito que está sobre la mesa de luz, algún que otro pedazo de milanesa. Está seca y cada tanto me empino la botella de agua fresquita. Como me da frío, me meto más adentro de la frazada hasta quedarme casi sin aire. Gritan gol desde la tele y no se inmuta. Al rato putea y no se entiende qué dice. Me pide milanesa y le doy en la boca. Se llena de migas de pan. Me llena de migas de pan. La cama llena de migas de pan. Pinchan como si fueran chinches. Las corro con las piernas y con las manos hasta donde está él y ni se entera. Mira la tele y se mete la mano adentro de los calzones. Voy sola hasta el pecho ahora y me aprieta fuerte. Cuando se olvida me suelto y lo miro. Me pide agua. Tomo primero yo y después le doy. Se enoja porque el vaso está casi vacío. La botella no tiene más y hay que ir hasta la cocina. Me da fiaca. Me meto entera debajo de las frazadas y me corre con las piernas. Con los pelos que tiene me pincha en las mejillas y sin querer me golpea con una de sus rodillas. Me pide agua. No salgo, aguanto con el poco aire que me queda. Lo escucho desde adentro comer más milanesas. Lo oigo masticar. Va a tener más sed y no hay agua y no quiero salir de acá. No me queda aire y saco la cabeza despacio. No lo miro. Como milanesa. Tampoco hay más pan. Ahora tengo sed, pero puedo aguantar más que él. Grita gol y putea al aire. Sin terminar de putear, engancha la puteada con el pedido de agua y después vuelve a putear al aire. Le digo que ahora voy, pero sé que no voy a moverme más. Pide milanesa, pide pan, pide agua, milanesa, pan, agua, pan. Meto la cara contra el colchón y aguanto la respiración. Casi no se escucha la tele. Me tapo los oídos con los dedos. Ya no escucho nada y me retumban los oídos del silencio. Debe estar pidiendo agua, pan y milanesas. Debe estar gritando gol. Debe estar puteando. Así me quedo. Hasta aguantar lo que más puedo.

Publicado por Gastón Pereyra a las 14:36    

Etiquetas: Escritos

1 comentarios:

Dr No dijo...

Gracias por el saludo negro.
El txt esta tremendo en serio.
Siga asi!

18 de junio de 2010, 10:32  

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