Enciendo la radio y los medios deportivos hablan de Boca. Pongo la televisión y sucede lo mismo. Los diarios en su sección deportiva no hacen más que llenar sus páginas hablando del mismo club y las webs reflejan lo publicado en papel; o sea: Boca, Boca y más Boca. Si Boca pierde, se construyen imaginariamente relaciones similares a las de Gran Hermano entre jugadores, integrantes del cuerpo técnico y los dirigentes. Si Boca gana es noticia porque Palermo cambió la camiseta con Verón al finalizar el encuentro y como se sabe que Palermo es hincha de Estudiantes de La Plata, resulta sugestivo. O también, se habla de las líneas que traerá la nueva camiseta presentada por Nike, o de la cantidad de entradas que le dará al próximo rival que visite la Bombonera. Siempre hay motivos para hablar de Boca y eso se hace.
A uno lo obligan a ser hincha de Boca, porque de tu club no hablan y no te enterás nunca nada. A duras penas uno encuentra un recuadrito en la última página de una sección de fútbol que dice: el técnico X tiene una duda. no se decide si juega Barraza o Tagliafico. Y uno piensa: ¡Eso es todo lo que tienen para darme!? Dejá, me hago de Boca o me dedico a mirar Tinelli.
Hoy ya no reniego más. Me hice hincha de Boca y estoy al tanto de la actualidad del club. Sé tanto que estoy enterado que el miércoles que viene las chicas de voley del club reciben a Vélez en la Bombonerita. El partido será a las 20 hs. y por ahí si me largan antes del trabajo me hago una escapadita y me lo veo ¿quién te dice?
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