Pasó el superclásico y mi vida sigue igual o más triste que antes. Durante toda la semana me ofrecieron un buzón y lo compré, pero creo que de ahora en más no voy a meter la mano en la billetera nunca más por este motivo. El partido lo vi con expectativas, no puedo negarlo, pero tampoco puedo ocultar que disfruté más después con Lanús/Vélez, o con mi segunda vez de Bastardos sin gloria por Cinecanal (Brad Pitt hablando en italiano con la pera hacia afuera paga la película). Recuerdo que la primera vez la vi en el cine de Corrientes y Montevideo, y también recuerdo que a la salida, caminé y discutí (intercambié opiniones) con N sobre el film. A N le había desilusionado cómo Tarantino había manejado algunas cuestiones como la relación entre historia y ficción. Yo le dije que, cuando uno va a ver una película de Tarantino sabe qué va a ver y no puede exigirle de más, y no necesité aclararle los ingredientes que su cine suele incluir: sangre, acción, violencia, ironía, cinismo, suspenso, logradas ambientaciones y algunas características más que se me escapan ahora. En ese momento N no quedó muy conforme con mi respuesta, y ahora que lo pienso mejor puedo aseverar que verdaderamente no fue muy inteligente lo que le dije, ya que lo que me estaba planteando era otra cuestión, que en su momento no logré entender. N no me hablaba de características, recursos o herramientas cinematográficas, sino del manejo que se puede llegar a hacer de una figura histórica como Hitler dentro de una ficción como la que había observado, pero yo, incapaz de comprenderlo lo minimicé.
Hoy N podría decirme algo similar (sin saber mucho de fútbol) para silenciar mi queja: “no protestes, porque si mirás Boca/River ya sabés qué vas a ver”, y tiene razón en decirlo, ya que me animaría a expresar, haciendo una especie de paralelismo futbocinematográfico, que observar el superclásico es como mirar una de Tarantino, ya que uno sabe con qué se va a encontrar. Pero así como se ilusionó N aquella vez antes de entrar en el cine Premier de la calle Corrientes, también podría decir, salvando las distancias, que es muy probable que me haya entusiasmado con algo más para volver a caer en el error de ver esperanzado dicho partido. Pero lamentablemente, así como Tarantino le mató la ilusión a N en Bastardos sin Gloria, tanto Boca como River, el domingo por la tarde me la hirieron a mí en la Bombonera.
2 comentarios:
me mató la foto de brad ahí!
muy linda nota :)
intenté hacer homenaje a nuestros recuerdos de la rica tortilla española babé, pero acabo de comerme algo más similar a la versión de mi madre ... supongo que también debería saber con qué me encontraré si me meto en el tipo de bar que me acabo de meter...
La foto de Brad Pitt paga la nota, jajaj.
No importa, en la casa del queso la vas a volver a comer babé como te gusta. Porque si volvemos a ir a ese lugar es también porque sabemos qué vamos a encontrar...
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