skip to main | skip to sidebar

Albert Camus

"Todo cuanto sé con mayor certeza sobre la moral y las obligaciones de los hombres, se lo debo al fútbol".

No responsable

Mi foto
Gastón Pereyra
Ver todo mi perfil

Etiquetas

  • Escritos (38)
  • imagenes (14)
  • Libros (3)
  • Noticias (15)

Archivo del blog

  • ► 2012 (1)
    • ► febrero (1)
  • ► 2011 (18)
    • ► diciembre (2)
    • ► octubre (1)
    • ► septiembre (1)
    • ► agosto (2)
    • ► julio (1)
    • ► junio (2)
    • ► mayo (3)
    • ► abril (2)
    • ► febrero (2)
    • ► enero (2)
  • ▼ 2010 (53)
    • ► diciembre (2)
    • ► noviembre (3)
    • ► octubre (3)
    • ► septiembre (1)
    • ▼ agosto (5)
      • Fin de partida
      • ¡Derrumbe!
      • Fútbol a sol y sombra
      • Cuento (parábola) atrasado para el día del niño
      • El eterno Danola
    • ► julio (5)
    • ► junio (6)
    • ► mayo (7)
    • ► abril (7)
    • ► marzo (14)

Feligreses

La Pelota Escrita en Feibu

Follow this blog

Powered by

Powered by
marketing social e inteligente

Invasión fútbol

Invasión fútbol
El baño

Fútbol Reggae

Fútbol Reggae
Otra de Robert Nesta

Lo peor del fútbol

Lo peor del fútbol
Cuando te bailan

Lo mejor del fútbol

Lo mejor del fútbol
La pasión

Peter James Crouch

Peter James Crouch
El obstáculo del envase

Antonio "Bambino" Cassano

Antonio "Bambino" Cassano
Confirmar el apodo

Relaciones

Relaciones
La pareja y el fútbol

Relaciones II

Relaciones II
La moda y el fútbol

Relaciones III

Relaciones III
Peinados y el fútbol

Selección natural

Selección natural
Darwin tenía razón

Homenaje

Homenaje
Un tal Robert Nesta

Ferenc Puskas.

Ferenc Puskas.
La irrefutable voluntad del tiempo

La Foto

La Foto
Estilo de capitanes

La decadencia del fútbol

La decadencia del fútbol
La violencia comienza desde abajo

El festejo

El festejo
Es mejor compartido

El Festejo II

El Festejo II
El gol promueve el olvido

La pelota escrita

Libros - Noticias - Imagenes - Escritos

El eterno Danola

miércoles, 11 de agosto de 2010

En busca de unos datos estadísticos del fútbol azuleño, fui a dar con unos diarios antiguos de la biblioteca Ronco, y encontré en uno de ellos una nota publicada en una sección llamada personalidades, que transcribo en parte a continuación:

"Cuando era adolescente, un médico de la familia me aconsejó que la única manera que había de mantenerse joven era trabajando toda la vida. Y a mi realidad hoy no hay manera de rebatirla" cuenta Romualdo Danola, tambero Azuleño de noventa y nueve años de edad, y tan fuerte de salud como el mejor roble que pueda encontrarse en la zona.
Danola trabaja desde los siete, cuando comenzó en el campo de su padre, y hoy, a días de cumplir un siglo de vida, continúa con la misma rutina de siempre y sin tomarse medio día de descanso. "En mi vida fui bueno para tres cosas", nos cuenta Romualdo, "el campo, el fútbol y las mujeres". Hasta cierta edad, Romualdo alternó sus labores y horarios con sus otras dos pasiones. Una de ellas fue el fútbol, deporte en que se desarrolló vistiendo la camiseta del club Cemento Armado. Cree, según cuenta, que fue el jugador que con más años disputó un partido de primera división: "Lo hice con cincuenta y cuatro", dice orgulloso y con la energía de quien todavía tiene la posibilidad de desenrollar más hilo del carretel. Y nos agrega, “es de familia el tema de la longevidad, porque mi madre se murió a los noventa y tres, mi padre a los noventa y uno, mi hermano a los novena y ocho, y tengo un hijo de setenta y cuatro que también parece aferrado a la vida sin querer soltarla”.
Romualdo Danola, es una muestra de plena vitalidad y maneja todos los días desde su campo veinte km su rastrojero cargado de tambos de leche hacia la ciudad de Azul, y allí los reparte a sus clientes, que lo quieren como si fuera un abuelo de la vida. "Romualdo es un ejemplo" dice Atilio propietario del mercadito Micaela, "Pero más que buen tambero yo lo tengo en mi mente como un gran futbolista" y agrega, "las historias que conozco de Don Romualdo me las ha contado mi abuelo, que ya no vive pero que lo vio jugar. Siempre me decía que fue el mejor de Azul y la zona durante treinta años seguidos".
Danola, prefiere no tocar el tema del fútbol cada vez que se lo interroga y desvía extrañamente sus respuestas hacia su vida íntima: "fui viudo a los sesenta y ocho, me casé de nuevo a los setenta y uno. Después me divorcié y hoy estoy con una de cuarenta y ocho". Su novia nos ha preparado mate con facturas y cuando Danola la nombra se pone colorada y nos hace un gesto de simpatía. “Qué lo diga sino Susana. Jamás una pastilla, ni aunque sea de inodoro ha pasado por mis manos” nos dice Romualdo, que sólo una vez a visitado a un médico, y fue cuando se atragantó con un hueso de pollo, con el que casi se ahoga, y que por suerte pudo superar sin problemas. Después nos dice, “nunca más visité un doctor. Ni de la vista he tenido problemas”. Danola tiene carnet de conducir, ya que se lo renuevan cada dos años, después de un chequeo general que siempre lo habilita a seguir manejando.
Romualdo no sabe hasta cuándo va a poder continuar con su vida de manera normal. Nos dice que tal vez viva diez, quince años más. “yo me siento como si tuviera treinta. No tengo restricciones ni de comidas ni de bebidas y cada vez tengo más ganas de seguir viviendo, así que si el barba tiene ganas de verme la cara, va a tener que venir a visitarme”, nos expresa con el humor que lo caracteriza desde que ha comenzado la nota.
Esta es parte de la vida de Romualdo Danola. Un hombre querido por quienes lo conocen y respetado también por quienes sólo han oído su nombre. Un hombre que parece estar condenado a la eternidad, y que sólo el tiempo podrá darnos la razón. Raimundo Danola, el eterno Danola, fue el protagonista de esta semana de nuestra sección personalidades.

Esta nota fue publicada el 2 de Febrero de 1975. El 6 de Febrero del mismo año encontré en las necrológicas del mismo diario el nombre de Romualdo Danola formando parte de sus filas. Parece que falleció, por lo que pude averiguar con un sobrino con el que pude dar, producto de un ataque de una chancha que tenía en su campo, en el momento en que la estaba alimentando.
Romualdo Danola, como dice el periodista del diario, continúa siendo eterno. Podría haber quedado olvidado en un cajón de una biblioteca, pero llegó a mis manos y continúa vigente. Tal vez esté condenado a no ser olvidado y tenga la posibilidad que no han tenido tantos otros. Y si la mala fortuna no lo hubiera encontrado, podríamos saber más de su vida, a través de las propias palabras del eterno Danola.

Publicado por Gastón Pereyra a las 23:06    

Etiquetas: Escritos

2 comentarios:

Dr No dijo...

La diferencia entre longevo e immortal.
Un grande Danola.

12 de agosto de 2010, 14:29  
Gastón Pereyra dijo...

Esa es la diferencia que marcó el gran Danola!!!

12 de agosto de 2010, 15:51  

Publicar un comentario

Entrada más reciente Entrada antigua Inicio
Suscribirse a: Enviar comentarios (Atom)

Implementado por QliQ desde un diseño de Gisele Jaquenod

Work under CC License.

Creative Commons License