El 14 de diciembre del 2006 en Jesús María, Córdoba, Claudio Ibarra, director técnico y beneficiario de un plan de jefas y jefes de hogar y Mónica Nielsen, empleada del archivo de la municipalidad, fundaron un club de fútbol. Lo llamaron Club Atlético y Deportivo Ernesto "Che" Guevara, y eligieron para su camiseta el color rojo socialista para que los represente, además de la imagen del rostro del Che en la parte frontal y una frase en la posterior, debajo de los números, con posibilidad de ser resignificada debido a las necesidades diferentes a las que se enfrenta y que dice: Hasta la victoria ¡siempre!.
Ernesto Guevara tuvo una relación directa con el deporte. En Buenos Aires jugó al rugby, primero en el San Isidro Club (SIC) y luego, condicionado por las limitaciones que le imponía el asma que padecía, en un pequeño y ya desaparecido Yporá Rugby Club (1948) y en el Atalaya Polo Club (1949). También editó la primera revista dedicada al rugby de la Argentina llamada "Tackle", en las que escribía crónicas bajo el seudónimo "Chang-cho", en alusión a su propio sobrenombre que era "Chancho". Además en 1955 consiguió trabajo en Agencia Latina y cubrió los Juegos Panamericanos de México. También practicó natación, saltos ornamentales, golf, montañismo, boxeo, ping-pong, tenis, ajedrez, motociclismo, bicicleta, navegación, tiro, pesca, patín, béisbol y básquetbol. Lo que se dice todo un amante del deporte en general.
En cuanto al fútbol, se sabe por los relatos de quienes lo conocieron, que el único puesto a que podía aspirar era el de arquero, producto del problema antes mencionado.
En su diario de viajes se encuentra una frase que nos hace creer que era verdaderamente un futbolista genuino, debido a la trascendencia con la que definió una jugada en la que participó y pocos fueron testigos. El hecho sucedió en una ciudad llamada Leticia, ubicada en Colombia, a orillas del río Amazonas. Ernesto defendía el arco del Independiente local y atajó un penal en la final de un torneo relámpago. La frase que escribió fue la siguiente: “hoy me ataje un penal que va a quedar para siempre en la historia de Leticia”.
Esta historia podría haber sentado las bases para que el primer club de fútbol que llevara su nombre, fuera fundado en Colombia, pero Claudio y Mónica decidieron que no fuera así.
El “Che” cordobés, como lo llaman en la zona, se sumó a los más antiguos de Jesús María: Alianza y Falucho. Los tres compiten en la Liga Colón, donde participan también, El Carmen de Monte Cristo, Jockey Club de General Paz, y Bochas Sports Club y Juventud Agraria, dos equipos de Colonia Caroya, entre otros clubes de pueblos vecinos.
Todavía el club no posee cancha propia y utiliza una que le presta Juventud Agraria. La manera de mantenerse económicamente es bastante escaza, porque no cobra cuotas a sus socios, y sólo recibe el aporte del buffet del club de los días de los partidos y del patrocinio de dos marcas: una se llama Oxígeno, empresa agroindustrial, y la otra Dimensión, estudio de arquitectura que comercializa un producto anti humedad.
Hasta el momento el club no ha tenido buenos resultados. Prácticamente deambula por el fondo de la tabla de todos los torneos que ha disputado. Pero indudablemente para revertir situaciones adversas como tiene cualquier club joven, deben tener como lema una de las tantas frases que ha dejado El "Che" y que dice: "Seamos realistas y hagamos lo imposible", así que si hay algo que un equipo con semejante nombre no se puede permitir, es dejar de luchar.
3 comentarios:
Suerte que este equipo no juega la Copa Libertadores, porque seguro que le costaria ir a la altura de Bolivia.
Lo dejan jugar de 5 a Batista en este equipo?
A Fulgencio no creo, pero al Checho le dan vía libre.
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